Un nuevo estudio dirigido por investigadores de UCLA ofrece información sobre cómo los adultos hacen frente a la falta de sueño que sus compañeros experimentan a lo largo de sus escaleras. El coautor, el Dr. Ravi Jeste, presidente de la Clínica de Diarios Clínicos del Sueño en el Centro Integral de Cáncer Jonsson de UCLA (CNBC), explica que el estudio encontró que los adolescentes tienden a permanecer “profundamente comprometidos” en actividades durante muchos meses, y esto puede conducir a la fatiga y la privación del sueño. “Para nuestra sorpresa, nuestro propio estudio demostró un efecto acumulativo de la falta de sueño sobre la fatiga y la actividad cerebral durante varios meses de escuela secundaria”, dijo Jeste, profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina David Geffen de UCLA. Más de 1,700 adolescentes de UCLA completaron un promedio de aproximadamente seis meses de escuela secundaria en el primer año académico. Los investigadores encontraron que las puntuaciones de energía y atención, medidas a través de la terapia conductual, disminuyeron cuando esos adolescentes no alcanzaron sus objetivos artríticos de tep a mediados de la adolescencia y mediados de la adolescencia. El estudio prepara el escenario para futuros estudios para ver si el retraso en la disminución entre los adultos que duermen poco podría servir como un mecanismo de protección para el cerebro y las funciones conductuales críticas para la salud física y mental de los adultos. “Nuestros hallazgos proporcionan un mecanismo novedoso que vincula la falta de sueño con el desarrollo cognitivo en la adolescencia”, dijeron los autores principales del estudio, la doctora Maria Varela-Fartola y el doctor Stefano Inanetti, ambos profesores de UCLA Varela-Fartola e Inanetti. “Es importante destacar que no indican que debido a menos sueño, los adolescentes tienen una función física más alta o son ‘herméticos’ en sus funciones biológicas básicas”.